Ante el temor de que una recesión esté a la vuelta de la esquina en EE.UU., algunos economistas advierten que Australia podría seguir su ejemplo.
Sin embargo, algunos siguen siendo optimistas con respecto a la economía australiana debido al elevado ahorro de los hogares, las fuertes exportaciones de materias primas, el estímulo gubernamental acomodaticio y una sólida cartera de construcciones residenciales.
La economía australiana registró en el segundo trimestre de 2020 su peor contracción económica trimestral desde la Gran Depresión de los años treinta. Al igual que muchos países, la economía se vio muy afectada por las restricciones de la COVID-19 en el primer semestre de 2020.
El país salió de esa recesión en el tercer trimestre de 2020. Australia fue uno de los pocos países que logró recuperarse rápidamente cuando el gobierno relajó las restricciones, lo que impulsó la recuperación del consumo. El gasto de los hogares fue el que más contribuyó a la recuperación general, ya que la relajación de las medidas de restricción liberó la demanda de consumo reprimida.
La economía continuó en su senda de recuperación hasta el tercer trimestre de 2021, cuando el PIB australiano se contrajo debido a las medidas impuestas para evitar la propagación de la variante Delta del COVID-19. El gasto de los hogares se vio perjudicado por la medida de los gobiernos locales de volver a imponer restricciones.
Australia se recuperó en el cuarto trimestre cuando se levantaron los bloqueos relacionados con Delta hacia finales de 2021.
"Los consumidores volvieron con entusiasmo al gasto discrecional tras el fin de los bloqueos relacionados con el delta", dijo entonces el responsable de estadísticas de Australia, Ben James.
La economía australiana ha pasado de breves periodos de desaceleración a rápidas recuperaciones en cuanto los gobiernos levantan las restricciones fronterizas y otros frenos tras contener los brotes locales.
Pero como las sacudidas de la inflación mundial y las subidas de los tipos de interés por parte de otros bancos centrales han llevado al Banco de la Reserva de Australia a adoptar también un enfoque de halcón para controlar la inflación, muchos expertos advierten de que el país podría enfrentarse a otra recesión económica.
A principios de este mes, el RBA subió su tipo de interés oficial en 50 puntos básicos, hasta el 0,85%, sorprendiendo al mercado, que había previsto la subida de tipos en 25 o 50 puntos básicos.
El gobernador del RBA, Philip Lowe, advirtió la semana pasada de un mayor endurecimiento en los próximos meses, ya que el consejo de política monetaria considera que el tipo actual sigue siendo "muy bajo para una economía con bajo desempleo y que experimenta una alta inflación".
La tasa de desempleo de Australia se mantuvo en mayo en un mínimo histórico del 3,9%, mientras que la tasa de inflación del primer trimestre del país se aceleró hasta un máximo de 20 años, el 5,1%, desde el 3,5% del cuarto trimestre del año pasado.
A medida que los precios de las materias primas se disparan y el banco central adopta una postura agresiva, el economista jefe de BetaShares, David Bassanese, afirma que existe un 40% de posibilidades de que Australia entre en recesión en los próximos 12 meses.
"Cuando Estados Unidos estornuda, nosotros nos resfriamos. El mercado local de acciones no será inmune a una mayor debilidad de Wall Street, especialmente porque también nos enfrentamos a una inflación incómodamente alta y a probables subidas agresivas de los tipos del RBA en los próximos meses", dijo Bassanese en una nota reciente.
El economista señaló que el mercado de valores local probablemente seguirá a EE.UU. en el territorio de los mercados bajistas en los próximos meses.
La economista de AMP Capital, Diana Mousina, dijo la semana pasada que el entorno de alta inflación se suma a la debilidad del gasto de los consumidores. AMP Capital rebajó sus expectativas de crecimiento del PIB para Australia este año al 2,7% desde el 4%.
Mousina, sin embargo, dijo que la fortaleza de los ahorros acumulados de los residentes y el apoyo del estímulo fiscal y monetario probablemente evitarán que la economía del país se derrumbe.
La semana pasada, Lowe, del RBA, se hizo eco de esta afirmación cuando restó importancia a las preocupaciones sobre una inminente recesión en Australia, afirmando que no ve una recesión en el horizonte.
"Australia tiene muchos aspectos positivos… Pero si los dos últimos años nos han enseñado algo, no se puede descartar nada", dijo el gobernador del RBA.
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